Tres movimientos del pensamiento musical: Tesis, Antítesis y Síntesis (Tres obras, un concierto)
Tres movimientos
del pensamiento musical: Tesis, Antítesis y Síntesis
(Tres obras, un concierto)
Sebastián Pafundo
© 2025 Sebastian Ernesto Pafundo .Todos los derechos reservados.
Introducción
Toda creación es un territorio en
movimiento. Entre el impulso interior y la forma externa, entre el orden y la
ruptura, el compositor transita espacios donde convergen experiencias,
símbolos, recuerdos, tradiciones y búsquedas personales. La música, entendida
como un campo de resonancias, puede convertirse en una vía de exploración del
mundo tanto como de uno mismo.
Este ensayo propone recorrer ese
camino a través de tres obras articuladas según la dialéctica hegeliana: una
fase de orden, una fase de negación y una de integración. No se trata de un
sistema cerrado, sino de una metáfora que ilumina el tránsito entre distintas
energías del acto creativo. A lo largo de estas páginas, la música dialoga con
la filosofía, la psicología, las matemáticas, la tradición espiritual y las
prácticas improvisatorias, revelando relaciones inesperadas y fecundas.
Este trabajo invita a adentrarse en
ese espacio de preguntas: ¿qué es ordenar un sonido?, ¿qué es liberarlo?, ¿cómo
vuelve a nacer lo que ha sido negado?
La música aparece aquí como una forma de pensamiento, una práctica de la
escucha y un camino de transformación.
CAPÍTULO 1 – TESIS: EL ORDEN
PRIMORDIAL
“Tesis: la revelación del
aspecto abstracto es accesible al entendimiento; el ser es visto como
identidad, aunque no en su totalidad.” — Hegel
Observación de la naturaleza y
los ciclos
Astrología y astronomía
partieron de necesidades comunes: medir el tiempo y ordenar ciclos —estaciones,
siembras, rituales— que organizaran la vida social. Con el tiempo, la
astronomía devino disciplina matemática y la astrología quedó como sistema
simbólico. De todos modos, la observación celeste fue fundamento para ambos
desarrollos: medir y prever ritmos naturales.
En distintas culturas se
encuentran sistemas de ordenamiento simbólico y matemático que muestran
preocupaciones parecidas. Shao Yong (dinastía Song, 1011–1077) sistematizó
combinatorias en el I Ching con reglas
binarias que, mucho más tarde, Leibniz formalizaría; y antes, el matemático
indio Pingala describió estructuras numéricas (sucesiones y combinatorias) que
hacen pensar en fibras comunes de pensamiento matemático y rítmico aplicables a
la música.
Sistema temperado y ciclos
musicales
El temperamento igual puede
entenderse como una evolución práctica respecto al sistema pitagórico. En el
sistema pitagórico aparece la “quinta del lobo”, efecto de la coma pitagórica;
al repartir esa coma entre las doce quintas se obtiene un temperamento que
cierra el círculo de quintas. Esa operación no es solo técnica: formaliza la
idea de ciclo, de repetición regulada, de tensiones y relajaciones que la
música utiliza para producir forma.
La tonalidad, vista con ojos
modernos, no es únicamente una jerarquía fría: puede leerse como un equilibrio de fuerzas —centrado vs.
periférico, tensión vs. resolución— que recuerda la imagen taoísta del yin-yang. Esta lectura nos permite ver
funciones armónicas como relaciones dinámicas más que como relaciones de
“superioridad”.
Correspondencias simbólicas
y sistemas antiguos
Asignar notas, ciclos o ejes
a símbolos culturales (zodíaco, estaciones, elementos) genera mapas
conceptuales interesantes. Por ejemplo, agrupaciones de doce, divisiones en
cuatro o triadas (cardinal/fijo/mutable) aparecen en astrología, música
tradicional china (los Liu), y en
sistemas modernos de organización tonal. Estas analogías no prueban causalidad
histórica directa, pero sí ofrecen modelos
heurísticos para pensar la música como parte de un orden más amplio.
El cruce con Béla Bartók
(ejes tonales) es productivo: sus ejes muestran coincidencias con
clasificaciones elementales, lo que sugiere una posible manera de organizar
materiales musicales a partir de ideas extra-musicales sin forzarlas.
“Quinto elemento” (metáfora
integradora)
Podemos nombrar
metafóricamente un principio integrador —“éter”— que reúne experiencias
históricas, conciencia, y contextos culturales: la matriz subjetiva desde la
cual la música se realiza. En términos prácticos, este “éter” es la intención
creativa del compositor, el punto desde el que se articulan los sistemas.
Conclusión del capítulo 1
Las culturas han desarrollado
matrices cíclicas para comprender el tiempo y el orden. El sistema temperado y
las prácticas tonales occidentales encajan con esa lógica de ciclos y
tensiones. Ese reconocimiento abre caminos compositivos: usar ciclos,
transformarlos, yuxtaponerlos para generar forma. La obra que surge de esta
fase se nutre de recursos tradicionales (tonalidad, contrapunto, modulaciones y
continuidad formal) y su organología fundamental será el piano.
CAPÍTULO 2 – ANTÍTESIS
“Antítesis: se produce la
negación o contradicción del primer momento, provocándose una autoescisión.” — Hegel
Ciencia, filosofía,
matemáticas e improvisación
En la antítesis se propone la
ruptura del orden primigenio: introducimos azar, improvisación, técnicas
extendidas y procesos que cuestionan la forma cerrada. El “éter” vuelve a
aparecer como metáfora de energía creadora —conciencia, experiencia y momento
histórico— factores decisivos en la improvisación.
Improvisación guiada y
números irracionales
Los números irracionales,
como π (pi), son generadores de secuencias no periódicas ni cíclicas. Asignando
cifras a notas (por ejemplo: 0 = silencio, 1 = Do, 2 = Re, etc.) pueden
producirse series imprevisibles que alimentan la improvisación. El uso de π se
propone aquí por su cualidad de no repetición: permite romper la expectativa de
ciclo sin desembocar en lo arbitrario. En la práctica, estas series
rítmico-melódicas se integran mediante reglas de interpretación (duración,
acentos, arpegios desencadenantes) dictadas por el director o por acuerdos
previos.
Automatismo psíquico y
arquetipos
Inspirados por el surrealismo
y por Jung, incorporamos el automatismo
psíquico como recurso: disparadores no racionales (textos, imágenes,
arquetipos) para provocar respuestas espontáneas en los intérpretes. Para esto
proponemos la utilización de arquetipos (por ejemplo, mediante naipes del
Tarot) que, elegidos al azar, orienten la improvisación hacia climas o gestos
específicos.
La psicología analítica de
Jung (conciencia, inconsciente personal y colectivo, complejos, arquetipos) se
utiliza aquí como marco simbólico,
no como fundamento científico. Su valor está en la capacidad de generar
material expresivo y relaciones simbólicas entre intérpretes y oyentes.
Música aleatoria y
sincronicidad
La música aleatoria (John
Cage, entre otros) y los sistemas divinatorios orientales (I Ching) instalan el
azar como principio compositivo. Al mismo tiempo, la teoría de la sincronicidad
y ciertos experimentos (por ejemplo, los de J. B. Rhine en parapsicología)
invitan a considerar que no todo lo que parece azar puede reducirse a mero azar
estadístico. En el proyecto, esa ambigüedad se aprovecha: la indeterminación se
mezcla con la intención y el marco interpretativo para crear experiencias
abiertas pero significativas.
Organización de la
obra-antítesis
La obra derivada de esta fase
será una semi-improvisación con
participación opcional de director. Se alternarán secciones improvisadas con
secciones escritas, y se emplearán técnicas extendidas, arquetipos activadores,
y material derivado de números irracionales.
Recursos principales: texto
(opcional), improvisación, director, números irracionales, automatismo psíquico
(arquetipos), técnicas extendidas, azar.
Orgánico sugerido: piano
(preparado y tradicional), flautas, saxofón tenor o clarinete en Bb, percusión,
violonchelo.
Conclusión del capítulo 2
La antítesis propone una
apertura hacia el imprevisto controlado. Rompe con la forma cerrada para
proponer estructuras permeables: el azar y la sincronicidad, combinados con
marcos simbólicos, abren nuevas posibilidades expresivas que no anulan el
orden, sino que lo complementan.
CAPÍTULO 3 – SÍNTESIS
“Se produce la negación de la
negación, llegándose a la superación y a la auto-reconciliación del ser. Esta
síntesis, de inmediato, se vuelve a convertir en una tesis.”
— Hegel
Después de las dos fases
previas —una basada en el orden estructural (tesis) y otra en la ruptura, la
improvisación y la apertura (antítesis)—, la tercera fase del concierto debe
otorgar claridad y reposo. No se trata de una simple conciliación, sino de una
integración consciente: orden y desorden, control y libertad, intención y
sorpresa.
La síntesis se construirá a
partir de dos conceptos que, aunque en tensión, se complementan profundamente:
·
Minimalismo (orden, repetición,
foco, reducción del material).
·
Aleatoriedad controlada (abertura,
flujo, respiración del presente).
Ambos permiten cerrar el
recorrido del concierto sin regresar a un punto inicial, sino a un nivel más
elevado de comprensión sonora.
3.1 Minimalismo
Aunque a veces se lo vincula
con Satie, Debussy o incluso Feldman, el minimalismo surge con nitidez en la
vanguardia norteamericana de los años sesenta: Terry Riley, La Monte Young,
Steve Reich y Philip Glass.
Todos ellos:
·
tenían una sólida formación
académica,
·
trabajaron en estrecha
colaboración,
·
rechazaron el serialismo
europeo de la posguerra,
·
y buscaron inspiración en
tradiciones no occidentales.
Reich estudió ritmos
africanos; Glass, estructuras rítmicas y melódicas de la música hindú bajo la
guía de Ravi Shankar; La Monte Young se nutrió del teatro y las prácticas
meditativas orientales; Riley integró jazz, música modal y pensamiento
experimental.
El minimalismo no fue un
“empobrecimiento” del discurso musical, sino una reorientación radical hacia la escucha, hacia lo
esencial y hacia la percepción del tiempo. Su fundamento no es solo estético,
sino filosófico: reducir para revelar.
Principios fundamentales:
·
repetición como herramienta
perceptiva,
·
procesos graduales,
·
retorno a la tonalidad o a
centros tonales,
·
simplicidad formal,
·
predominio del ritmo,
·
búsqueda meditativa.
3.2 Volviendo a los orígenes
La raíz profunda del
minimalismo moderno puede rastrearse en prácticas y pensamientos ancestrales:
teatro japonés, budismo zen, tradiciones meditativas, mantras, estructuras
cíclicas.
A medida que el budismo se
expandió por Asia, generó diálogos culturales que dieron lugar a nuevas formas
artísticas. El espíritu minimalista —vacío, simplicidad, repetición
significativa, contemplación— aparece como una esencia común.
Este regreso a lo elemental
conecta el minimalismo con la naturaleza: ciclos, estaciones, amaneceres, respiración,
ritmo vital.
La música deja de ser “relato” para convertirse en “presencia”.
3.3 La música en la India
La tradición musical india
se sostiene en dos pilares:
·
Raga (melodía arquetípica que
expresa un estado emocional).
·
Tala (ciclo rítmico estructurado).
Cada raga está asociado a
emociones, momentos del día, estaciones del año. Su función es producir un
impacto afectivo preciso.
Los ragas se dividen en tonos masculinos y femeninos —analogía que dialoga con
la división en dos escalas tonales presentada en el capítulo 1.
Lejos de ser un sistema
reductivo, la música india es altamente sofisticada: combina improvisación
guiada, estructura profunda y conexión espiritual.
Esta sección aporta una
clave fundamental para la síntesis: la
idea de un orden subyacente en la aparente libertad.
CONCLUSIÓN DEL CAPÍTULO 3 – “SÍNTESIS”
Del estudio realizado surge
que incluso las estéticas que buscan romper con el orden terminan revelando
otro orden, más sutil o más profundo.
El minimalismo —aparentemente anti-sistémico— en realidad organiza el tiempo,
la percepción y el gesto en estructuras claras.
Esta doble naturaleza
—orden/caos, conciencia/inconsciente— ofrece el marco perfecto para la obra
final del concierto. La síntesis no borra las tensiones: las incorpora y las
hace convivir.
LA OBRA
La última pieza estará
construida a partir de tres frases
rítmico-melódicas creadas previamente por el compositor. Serán
simples, breves, y emplearán técnicas extendidas.
Características generales:
·
elaboración exclusiva a partir
de las tres frases,
·
posible transformación leve sin
romper la identidad,
·
tratamiento cuidadoso del
sonido,
·
silencios estructurales,
·
precisión dinámica,
·
respiración gestual.
El resultado será una obra
serena, refinada y esencial. Un punto de equilibrio.
Instrumentación sugerida:
Flauta de bambú (o traversa), instrumento de cuerdas tipo arpa, e idiófonos
ligeros (cuenco tibetano, triángulo, pines, cajas chinas, etc.).
Bibliografía
Benson, D. J. (2007). Music: A
Mathematical Offering. Cambridge University Press.
Relacionado con Capítulo 1
(sistemas cíclicos y combinatoria) y Capítulo 2 (números irracionales y
secuencias aleatorias).
Bartók, B. (1940). Mikrokosmos
(Vols. 1-6). Boosey & Hawkes.
Capítulo 1: ejemplos de
organización tonal y ejes tonales.
Campbell, J. (2008). The Hero with
a Thousand Faces (3rd ed.). New World Library.
Capítulo 2: arquetipos y
simbolismo aplicado a la improvisación.
Cage, J. (1961). Silence: Lectures
and Writings. Wesleyan University Press.
Capítulo 2: música aleatoria y
principios de indeterminación.
Cook, N. (2000). Music: A Very
Short Introduction. Oxford University Press.
Capítulos 1 y 3: fundamentos
musicales, ciclos, orden y síntesis.
Eliade, M. (1959). The Sacred
and the Profane: The Nature of Religion. Harcourt.
Capítulos 1 y 2: simbolismo y
estructuras culturales de orden y azar.
Glass, P. (2015). Words
Without Music. Liveright.
Capítulo 3: minimalismo y
principios estéticos contemporáneos.
Hegel, G. W. F. (1975). Lectures on
Aesthetics (T. M. Knox, Trans.). Oxford University
Press.
Capítulos 1-3: dialéctica,
tesis-antítesis-síntesis aplicada al arte y la música.
Hegel, G. W. F. (1977). Phenomenology
of Spirit (A. V. Miller, Trans.). Oxford
University Press.
Capítulos 1-3: marco
filosófico de la dialéctica.
Jairazbhoy, N. A. (1995). The Ragas
of North India. Popular Prakashan.
Capítulo 3: música india,
raga y tala.
Jung, C. G. (1959). Psychological
Aspects of the Archetype. Princeton University
Press.
Capítulo 2: arquetipos y
automatismo psíquico.
Jung, C. G. (1964). Man and His
Symbols. Doubleday.
Capítulo 2: símbolos y
motivaciones inconscientes en improvisación.
Katz, M. (2005). The Art of
Music Analysis. Routledge.
Capítulo 1: análisis de
estructuras musicales y ciclos.
Leibniz, G. W. (1989). Discourse on
Metaphysics (G. H. R. Parkinson, Trans.). Prometheus Books.
Capítulo
1: combinatoria y conexiones con I Ching.
Locke, D. (2009). Musical
Exoticism: Images and Reflections. Cambridge
University Press.
Capítulo 3: diálogo entre
música occidental y no occidental, influencias culturales.
Neuman, D. M. (1980). The Life of
Music in North India. University of Chicago Press.
Capítulo 3: improvisación
guiada y ciclos rítmicos en India.
Piston, W. (1987). Harmony
(5th ed.). W. W. Norton & Company.
Capítulo 1 y síntesis:
tonalidad, contrapunto y modulaciones.
Potter, K. (2000). Four Musical
Minimalists: La Monte Young, Terry Riley, Steve Reich, Philip Glass. Cambridge University Press.
Capítulo 3: principios del
minimalismo moderno.
Pratchett, J. (1993). The Music
of John Cage. Cambridge University Press.
Capítulo 2: análisis de
música aleatoria y técnicas experimentales.
Rowell, L. (1992). Music and
Musical Thought in Early India. University of
Chicago Press.
Capítulo 3: música india y
tradiciones improvisatorias.
Schimmel, A. (1975). Islamic
Patterns in Music and Art. University of Chicago
Press.
Capítulo 1: analogías
simbólicas y orden en tradiciones antiguas.
Westphal, K. (2013). Hegel’s
Aesthetics: Lectures on Fine Art. Cambridge
University Press.
Capítulos 1-3: teoría
estética y dialéctica aplicada a la música.
Wilhelm, R., & Baynes, C. F. (1967). I Ching: The
Book of Changes. Princeton University Press.
Capítulos 1 y 2: sistemas
simbólicos y azar creativo.
Loy, G. (2006). Musimathics:
The Mathematical Foundations of Music (Vols. 1-2). MIT Press.
Capítulos 1 y 2:
combinatoria, secuencias, teoría matemática aplicada a música.

Comentarios
Publicar un comentario